lunes, 27 de diciembre de 2010

Antecedentes de la fotografías: las cámaras lúcidas

La fotografía es el arte de fijar y reproducir por medio de reacciones químicas, en superficies convenientemente preparadas, las imágenes obtenidas en la cámara oscura, según el diccionario de Julio Casares.

El empleo de la cámara lúcida y por el aspecto que presenta se reconocen como uno de los antepasados de las cámaras fotográficas.

Cámara lúcida de Wollaston, ideada en 1806 





En el Renacimiento, el dibujo deja de ser atributo de quienes saben manejar el lápiz. Los grandes artistas tampoco rechazaban los medios técnicos que les facilitaban la tarea, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos dominan al tiempo la pintura, la escultura y la arquitectura. En el siglo XV, Piero Della Francesca y Alberti recomiendan el empleo de visores y marcos para trazados de perspectivas.
Síntesis de todas estas máquinas de dibujar son las cámaras lúcidas (o cámara claras) que aparecen en el siglo XIX. Sus perfecionamientos son principalmente de orden óptico. Las más logradas son las del británico William Hyde Wollaston en 1806 que, con una lente periscópica, intenta remediar las aberraciones de las lentes esféricas hasta entonces empleadas. 

Este tipo de cámara supuso una gran ayuda para los botánicos, especialmente para los menos habilidosos en el dibujo, ya que les permitía reproducir con fidelidad y sencillez las diferentes partes de una planta, especialmente los elementos constituyentes de la flor. 


La cámara lúcida produce una superposición óptica del sujeto que se ve y de la superficie sobre la que dibuja el artista. El dibujante ve tanto la escena como la superficie de dibujo simultáneamente, como si se tratara de una doble manifestación fotográfica. Esto permite al artista transferir los puntos más importantes de la escena a la superficie de dibujo.



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